– CCOO y UGT perpetúan la precariedad con convenios infames mientras maniobran para silenciar a otras voces sindicales.
La firma del último convenio de la dependencia por parte de los sindicatos CCOO y UGT ha supuesto un duro golpe para miles de trabajadoras del sector de la Ayuda a Domicilio en todo el Estado. Salarios bajos, condiciones de trabajo indignas, kilometraje vergonzoso y una bolsa de horas que atropella derechos laborales son solo algunas de las consecuencias de este acuerdo que debería sonrojar a quienes lo han rubricado.
A día de hoy, una auxiliar que se desplaza entre domicilios en zonas rurales y sin transporte público debe costearse el uso de su vehículo personal, con un pago de kilometraje irrisorio que no cubre ni el combustible, y mucho menos el desgaste del coche. Este hecho, que vulnera incluso principios básicos de equidad, ha sido avalado por los dos sindicatos mayoritarios, que se presentan como defensores de la clase trabajadora mientras negocian en despachos lo que las trabajadoras sufren en la calle.
La inclusión de una “bolsa de horas”, que permite a las empresas alterar arbitrariamente los horarios de las trabajadoras, es un retroceso brutal en materia de conciliación y estabilidad laboral. En lugar de limitar la parcialidad y exigir contratos dignos, CCOO y UGT han legitimado una estructura que mantiene al colectivo en la cuerda floja de la temporalidad y la fragmentación horaria.
Pero la precariedad firmada no es el único problema. Lo más alarmante es la manera mafiosa en que estos sindicatos impiden la participación democrática de otras fuerzas sindicales. En la empresa ATENTIA Azahar, donde la sección sindical de CGT ha demostrado que es posible superar el convenio estatal y conquistar derechos a través de la organización y la lucha, las delegadas de CCOO han expulsado del grupo de trabajo a Amparo Faus, delegada de CGT, solo por reclamar transparencia en el proceso electoral.
La propia Faus denuncia amenazas telefónicas, coacciones y dispone de capturas de pantalla que evidencian un intento coordinado de impedir la presentación de CGT a las elecciones sindicales. Este comportamiento no es anecdótico, sino estructural: cuando quienes deberían defender a las trabajadoras se convierten en guardianes del silencio y el control, el sindicalismo pierde su razón de ser.
Desde la sección sindical de CGT en ATENTIA, se ha iniciado una campaña informativa, transparente y combativa, con la firme voluntad de rescatar el comité de empresa de cuatro años de parálisis y sumisión. La plantilla no merece otros cuatro años de resignación. Merece un comité que defienda de verdad, que denuncie, que no firme migajas disfrazadas de avances.
Mientras CCOO y UGT negocian de espaldas a las trabajadoras, la CGT demuestra que otro sindicalismo es posible: combativo, honesto y sin miedo. La lucha ha comenzado, y esta vez no será en silencio…
Sección Sindical CGT Atentia
