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Emilia Moreno: “El feminismo está de moda, pero las mujeres siguen muriendo”

Emilia Moreno: “El feminismo está de moda, pero las mujeres siguen muriendo”

Artículo de la compañera de Dones Lliures País Valencià publicado en Levante-EMV en el Día Internacional contra la violencia machista.

Tras las avalanchas de mujeres en la calle indignadas y reivindicando unos derechos tan obvios que nadie tiene la capacidad de negarlos abiertamente, se ha puesto de moda ser feminista, o al menos negar que eres machista.

Y puede ser verdad, salvo escondidos en el anonimato de las redes, donde habitan las cavernas del machismo más casposo y rancio, ya casi nadie es políticamente incorrecto con respecto a las mujeres, o no lo es demasiado, e incluso en las grandes celebraciones, como lo es la del 25 de noviembre parece que todo el mundo compita a ver quién lo es más.

Dos son los perfiles más definidos en este postureo del feminismo. Uno es el que la derecha y el capitalismo ha adoptado, como lo adopta en cualquier tema que parezca necesario reconducir, es decir, se apoderan del discurso para convertirlo en una caja de resonancia absolutamente vacía de contenido. Nada que nos sorprenda.

Pero más complicado resulta desmontar a quienes han oído hablar de feminismo, les ha gustado la musiquita, y con cuatro lecciones deciden que saben mucho más que las mujeres que llevan años debatiendo y buscando su lugar en el mundo.

Decían durante los años 20 y 30 que la revolución comienza por uno mismo, pero son muchas las personas y organizaciones que se han conformado con un pequeño barniz, tras el que aparece en cuanto raspas la educación patriarcal y su absoluta negación a perder los privilegios con los que han sido agraciados.

Hablamos de todos esos compañeros que nos acompañan a los actos, nos palmean y en cuanto nos descuidamos añaden y matizan nuestras intervenciones, porque ellos explican mejor lo que queremos decir.

Hablamos de quienes son los mayores defensores del feminismo en las calles pero siguen “ayudando” en casa, “echando una mano cuando hay mucho lío”, pero dejando sobre los hombros de sus compañeras la reducción de jornada durante la crianza, las carreras si hay que ir al pediatra, y la gestión y organización de toda la infraestructura en casa.

Hablamos de quienes sacan pecho en las organizaciones porque hay mujeres en los cargos, pero se ponen en guardia en cuanto quieren realizar cambios, e incluso buscan a las mujeres menos concienciadas para hacer piña y demostrar que su oposición a cualquier nueva propuesta que se presente no tiene nada que ver con el machismo.

Hablamos de quienes defienden el derecho de las mujeres a ocupar espacios públicos en igualdad, pero se indignan si se les expulsa de los debates reuniones o lugares no mixtos en las manifestaciones porque son incapaces de comprender que no pueden darse iguales soluciones a situaciones de desigualdad, y las mujeres necesitan sus propios espacios también en lo público.

Hablamos de todos esos compañeros y organizaciones que braman en contra de los ataques a las mujeres en general, pero que hacen frente común como un solo hombre en cuanto a uno de sus amigos o compañeros se le acusa.

Nos siguen matando porque este mundo sigue siendo machista, las mujeres estamos llevando adelante nuestra propia revolución, y es imparable, pero esta sociedad necesita un cambio desde la raíz, necesita la revolución de todas las personas.

Emilia Moreno de la Vieja
Dones Lliures País Valencià

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